El otro día un compi de adopción compartió un artículo publicado en el diario el mundo. Quiero también compartirlo aquí para que a cuantas más personas les llegue el mensaje, mejor.
Lo leí la semana pasada y se lo envié a varias personas, incluido Bruno. Cuando más tarde hablé con Bruno, me dijo: "vaya tela con los comentarios de la gente, no?". La verdad es que yo no leí los comentarios de la gente, me limité simplemente a la lectura del artículo y guardarme mis pensamientos al respecto. Pero hoy, más tranquilamente, con el café con leche al lado del ordenador, he vuelto a abrir el artículo y leer los comentarios...
Yo no soy de hacer ni publicar demasiados juicios de valor porque siempre me ha preocupado ofender a la gente, además de porque discutir y debatir argumentando las posturas pues no me parece nada mal, te hace plantearte cosas, cuestionarte tus ideas, además de que casi siempre encuentras algún punto en común y te das cuenta de que no todo es blanco o negro.
Pero... ¡es que algunos comentarios de este artículo NO TIENEN DESPERDICIO". Seguro que es la ignorancia la que habla, la que hace que la gente diga depende qué cosas, la que hace que se atrevan a plasmar un pensamiento en una página pública y se queden tan tranquilos y satisfechos. ¡Qué daño hace la ignorancia! Sólo pensar que nuestros hijos van a tener que encontrarse frente a frente con personas ignorantes me da pánico. Ahora la labor es nuestra, y hablo a nivel personal, de Bruno y mía, de cuando llegue el momento de tener a nuestros hijos, saber transmitirles unos valores que les permitan diferenciar, con todas sus consecuencias, entre no ignorantes e ignorantes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario